Un luminoso dispositivo de la Policía Local alertaba este martes por la tarde a conductores y viandantes, a la vez que abría camino a una larga retahíla de taxis, muchos de ellos adaptados, que recorría las principales arterías de la capital aragonesa. Entre los que viajaban en su interior, 15 residentes de la residencia Rey Fernando de Aragón y nueve más de la residencia Josemi Monserrate, personas con discapacidad y grandes necesidades de apoyo que gracias a la acción de Caravana Verde, impulsada por la Plataforma Solidaria y Cultural del Taxi de Zaragoza, disfrutaron de una cara diferente de la ciudad.

«Gracias a esta iniciativa, muchos residentes tienen la oportunidad de ver las luces y la decoración de Navidad, algo que de otra forma sería casi imposible debido a sus limitaciones de movilidad o medios», aseguraba Ana Cristina Peña, directora de la residencia Josemi Monserrate de Fundación Dfa.

Las expresiones y los gestos de los participantes revelaban la ilusión y la alegría de un viaje que servía para acercar el colorido de la Navidad. Este año, además, la disponibilidad de taxis adaptados fue más amplia, por lo que el número de residentes, voluntarios, familiares y personal de las dos residencias que pudieron subirse a estos vehículos fue más del doble que en la edición anterior.

Conchita Lagrene, usuaria de la residencia Josemi Monserrate, fue una de las afortunadas. «Estamos muy contentas por poder ver El Pilar, por poder ver la ciudad adornada con las luces de Navidad, y nos gusta mucho montar en taxi para dar este paseo», comentaba.

El parking de Macanaz se convirtió en el punto de encuentro cuando la luz del día ya tocaba a su fin. La comitiva cruzó el puente de Santiago y recorrió las calles Alfonso I y Don Jaime, para continuar por el paseo de la Independencia y la plaza Basilio Paraíso, entre algunos de los puntos más emblemáticos.

La caravana formada por 50 taxis reunió también a usuarios y usuarias de otros centros de mayores y residencias.