Teruel es una ciudad pequeña donde funciona el ‘boca a boca’. Y lo saben en la sede de DFA en la capital turolense donde muchas personas llegan al centro porque les han hablado de la fundación alguna persona conocida o desde otra entidad. Como es habitual, los usuarios y usuarias primero acuden al Centro de Apoyo Social -la puerta de entrada a todos los servicios de la fundación.

«La gente acude demandando información sobre ayudas individuales, ayudas para el alquiler, búsqueda de viviendas adaptadas, alquiler de sillas de ruedas…», afirma Sara Martínez, trabajadora social de DFA Teruel, «pero cuando les contamos todos los servicios que tenemos disponibles, se interesan por el centro de Rehabilitación, los cursos de Formación, el servicio de asesoría en accesibilidad, la asesoría jurídica y médica…». Aunque destaca que la principal demanda se basa en la búsqueda de empleo. Y la inserción laboral no siempre es una tarea sencilla: «muchas personas acuden ante una incapacidad que les obliga a cambiar de profesión a una edad madura con lo que ello implica: volver a formarse y reciclarse profesionalmente».

Para ello, se realizan talleres especializados en la búsqueda de empleo, por ejemplo, a través de redes sociales. Además, en el Aula de Formación, entre cursos de diferentes temáticas, se desarrolla un Certificado de Profesionalidad de ‘Auxiliar y Servicios Administrativos y Generales’ con un módulo específico de orientación laboral.

¿El otro problema para la inserción laboral? «Que no hay muchas ofertas ya que no hay empresas que demanden personas con discapacidad y, las que hay, suelen ser de baja cualificación».

Adaptándose a la ‘nueva normalidad’

Después del confinamiento, se percibió cierto temor a acudir al centro, sobre todo en las sesiones de rehabilitación donde hubo personas que decidieron no ir. Sin embargo, poco a poco se perdió ese miedo ante las medidas de seguridad con las que se trabaja. «De hecho se acaban de retomar las clases grupales de ‘Espalda sana’ porque la gente tiene confianza en acudir. En servicios de atención presencial como el Centro de Apoyo Social se sigue atendiendo igual, aunque se intentan solucionar cosas por vía telefónica para minimizar riesgos», explica Sara. La atención en el centro se realiza a partir de un Plan Individualizado de Trabajo, «la base de todos nuestros proyectos es atender a las personas con discapacidad en todos los niveles de su vida, respondiendo a sus necesidades sociales, educativas, laborales y rehabilitadoras. Prestar apoyo en todas las etapas de su vida. Por eso, cuando se realiza la primera visita, realizamos una entrevista social en la que se realiza un diagnóstico y una detección de necesidades, tanto las explícitas como las implícitas. Conforme a la valoración realizada, se les deriva a los servicios o recursos disponibles, que compartimos con otras entidades y con las administraciones públicas».

Trabajo ‘en red’

Esta colaboración y coordinación con otras asociaciones de la discapacidad de Teruel, que conforman el Grupo Avanzamos, genera un importante impacto de visibilización y concienciación en la ciudad con actuaciones tan importantes como la Carrera Solidaria que se celebra todos los 3 de diciembre para conmemorar el Día Internacional de la Discapacidad, aunque este año no se pudo celebrar. «Es una actividad organizada por todas las entidades de discapacidad de la ciudad y cuenta con muy buena acogida, con más de 3.000 participantes en la última edición», explica Sara.

Esta labor conjunta de trabajo colaborativo entre todas las entidades ha tenido sus frutos en la ciudad, tal y como explica Sara: «ir todos a una ha logrado avances importantes, por ejemplo, en el tema de la accesibilidad, con mejoras en la arquitectura urbanística como pasos de cebra, aparcamientos para personas con movilidad reducida, exenciones en zona azul… y todavía tenemos pendiente retomar la ‘Mesa de la Accesibilidad’ con la Comisión de Movilidad Urbana del Ayuntamiento de Teruel».