En Aragón, según cifras aportadas por la consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales, María Victoria Broto, el programa público de Atención Temprana llega a 2.389 infantes de entre 0 y 6 años, un número que se ha duplicado desde 2012. En Fundación Dfa, cada vez son más las familias que acuden el servicio de Atención Temprana y Postemprana. La entidad atendió en 2021 a 889 familias con niñas y niños en alguno de los dos centros que destina para esta labor en Zaragoza, elevando así el compromiso y el esfuerzo que mantiene hacia la infancia. Con estos datos son ya más de 3.000 menores los que han recibido tratamiento desde la puesta en marcha del mismo, allá por 2003.

En los centros de Dfa, ubicados en la sede de la calle José Luis Pomarón, 9 y en el edificio Josemi Monserrate de Vadorrey (c/ Jesús Gracia, 2), los equipos interdisciplinares se ocupan de la atención temprana, dirigida a los niños y niñas de 0 a 6 años, y de la atención postemprana (destinada a mayores de 6 años). “Su trabajo se centra en un conjunto de intervenciones para atender, lo más precozmente posible, las necesidades, transitorias o permanentes, que presentan los jóvenes con alteraciones en su desarrollo o que tienen algún riesgo de padecerlos en un futuro”, explica Desirée Garrido, directora de los centros de Desarrollo Infantil y Atención Temprana y Postemprana de Dfa.

El primer paso es identificar las necesidades del niño o la niña mediante una evaluación inicial, que en el caso de menores de 6 años es realizada por el Centro de Atención a la Infancia del Programa de Atención Temprana del IASS, del que Fundación DFA es centro contratado. A partir de ahí, los profesionales diseñan un plan individualizado de intervención con un tratamiento específico y personalizado, orientación y apoyo a las familias y mecanismos de coordinación con la escuela y el entorno.

Los centros de desarrollo infantil de Fundación Dfa cuentan con equipos interdisciplinares formados por trabajadoras sociales, terapeutas ocupacionales, psicólogas, logopedas, fisioterapeutas, médicos rehabilitadores, neuropediatras y maestras en audición y lenguaje. Además, están dotados de numerosos espacios que permiten el trabajo individualizado con cada persona, así como material terapéutico y didáctico diverso.

La última gran adquisición se produjo el año pasado, cuando, gracias a la aportación de Fundación Solidaridad Carrefour y Cocemfe, se instaló una sala de estimulación multisensorial en el edificio Josemi Monserrate, lo que supuso una innovadora herramienta terapéutica para abordar diversas patologías en el desarrollo, siendo especialmente valiosas para aquellas personas cuya discapacidad les causa un mayor grado de dependencia. Del mismo modo, también se actualizó la sala de estimulación sensorial del Centro de Pomarón.

Además, Fundación Dfa firmó un convenio de colaboración con el Centro San Valero, mediante el cual el alumnado desarrolla proyectos basados en las necesidades de los pequeños y pequeñas que acuden a los centros de desarrollo infantil. En 2021 esta colaboración culminó con la donación de dos vehículos adaptados y un Magic Helmet (Casco Mágico) para entrenar la atención sostenida y la concentración, pensando especialmente en aquellos niños con déficit de atención.