Con el fin de fomentar la empleabilidad y la búsqueda de empleo de las personas con incapacidad aboral para su profesión habitual, Dfaemplea ha impartido esta semana cuatro talleres enfocados en habilidades prelaborales para participantes del programa de Zaragoza Dinámica. Para ello, profesionales de la agencia de colocación han brindado una serie de claves y estrategias que ayuden a presentar un buen currículum, afrontar entrevistas de trabajo y utilizar herramientas de búsqueda activa de empleo.

El primer taller llevaba por título 'Autoconocimiento y motivación: ¡con tu propio impulso!' y se centraba en el autoconocimiento, motivación y DAPO (Desarrollo de aspectos personales de la ocupación). La segunda acción formativa, 'Currículum vitae 2.0', giraba en torno a cómo estructurar la información, cómo redactar y qué datos imprescindibles debe tener un CV.

La tercera de estas sesiones era 'Afrontar una entrevista de trabajo' y trataba sobre cómo preparar nuestra entrevista laboral, el desarrollo de la entrevista, qué es un elevator pitch, conocer las dinámicas de grupo y las habilidades que se valoran positivamente.

Por último, a través del taller 'Recursos online para la búsqueda de empleo', se informaba de los diferentes métodos a través de internet para buscar ofertas de trabajo y cómo organizarse.

El objetivo es «ayudar en el proceso de búsqueda de empleo y enseñar los recursos disponibles, pero además se tratan temas relacionados con las técnicas de búsqueda de empleo o con herramientas y recursos, también se abordan cuestiones personales y competenciales relacionados con la mejora de la empleabilidad», explica Montse Julve, responsable de Dfaemplea.

Incapacidad no es lo mismo que discapacidad

Hasta agosto de 2019, las personas perceptoras de pensiones de incapacidad tenían la consideración de persona con discapacidad. Ese año se dio un cambio administrativo por el que se les deja de incluir en esta parte de la sociedad, perdiendo la protección jurídica en materia de promoción de empleo.

Las personas perceptoras de una incapacidad para su profesión habitual perciben una prestación que es compatible con un nuevo ejercicio profesional, siempre que este sea compatible con las limitaciones por las que les ha sido reconocido el derecho a la concesión de dicha prestación.