En su cuenta de Instagram, Marta Piedra y sus ilustraciones acumulan más de 159.000 seguidores. Sus diseños, como indica en la propia red social, giran en torno al «‘wellness’ -bienestar- gamberro» y la «educación sexual con mucho humor». En su primer contacto con la discapacidad, esta artista, residente en Pozuelo de Alarcón, alumbró la obra elegida para representar la campaña del 3 de diciembre.

Vivir a más de 300 kilómetros de distancia de Zaragoza no fue inconveniente para venir a la capital aragonesa y recoger su premio.

Para nada. Es más, tenía muchas ganar de venir para conocer en persona la fundación y para ver mi obra en los mupis de Zaragoza, una ciudad en la que por cierto no había estado.

¿Qué le llevó a participar en el concurso?

Me hacía mucha ilusión porque la discapacidad es un tema que tenía muchas ganas de tocar, que nunca había trabajado por desconocimiento absoluto. Cuando di con el concurso, lo entendí como una señal y me dije: «me lo tengo que currar».

¿Cómo se enteró de la convocatoria del ‘Buscamos imagen’?

Me enteré porque estaba muy desesperada buscando concursos de carteles. Nunca me había apuntado a uno y fue el primero que me apareció en una alerta. No pensaba en que pudiera ganar, pero por lo menos lo tenía que intentar.

¿Cómo enfocó su trabajo?

La discapacidad es un tema muy complejo porque no meter la pata o no herir a alguien es muy difícil. Para no caer en el error, me puse a ver documentales, charlas TED y a leer mucho en Internet para así poder hacerme una pequeña idea.

Y de esa idea surgieron hasta seis propuestas.

Sí, tenía muchas ideas distintas y no quería dejar ninguna de lado. También pensé que sería interesante lanzar una campaña en Instagram porque es un tema que la gente desconoce y una manera que tengo de interactuar en Instagram es divulgar este tipo de cosas, cosas que la gente desconoce, que yo me las encuentro y que decido informarme y darles visibilidad. Qué mínimo que normalizar y visibilizar a gente que no tiene esa visibilidad.

«Me documenté muchísimo para
no caer en una idea equivocada de
la discapacidad»

¿Qué mensaje quiso trasladar?

Me parecía más importante el mensaje que la forma de contarlo. No quería ponerme a dibujar ni hacer grandes maravillas, quería transmitir un mensaje y que se entendiera. Eso era lo importante. Este diseño viene a decir que no hay que poner el foco en la discapacidad, sino en las capacidades distintas, en la diversidad. Hay tantas capacidades como personas en el mundo. Por ejemplo, no significa que alguien que esté en una silla de ruedas ya no valga para nada; al contrario, seguro que vale para muchas cosas y quizá para más que otra determinada persona. La sociedad se ha de centrar más en la capacidad que en la discapacidad. La discapacidad es una parte muy pequeñita de una persona.

¿Queda camino por recorrer?

Ahora acabamos de empezar a andar, por así decirlo. Lo vi reflejado en mí misma. Si no investigaba, no sabía por dónde empezar y eso que yo me considero una persona bastante comprometida con la sociedad. Creo que las personas que estamos comprometidas con las causas sociales, cada vez estamos más comprometidas; pero hay que ampliar el abanico a las demás personas que no se han llegado
ni a plantear cuestiones sobre la discapacidad.