Os proponemos unas cuantas ideas para estimular a vuestros peques aprovechando el momento del baño.

En caso de tener ducha, siempre podéis colocar un barreño grande o una piscina hinchable pequeña dentro de ella y hará las funciones de bañera.

1. Pescar. El juego consiste en echar algo que flote en el agua (tapones de botella, rodajas de naranja o limón, pompones de colores, pelotas de plástico, etc.) y tratar de “pescarlo” con un colador, una cuchara, un vaso de plástico, etc. También podemos emplear objetos pequeños que no floten (letras de plástico, animales de juguete, etc.) para que los busquen en el fondo de la bañera; cuanta más espuma haya en el agua ¡más difícil será encontrarlos!

*Precaución con los objetos pequeños, ¡vigilar que no se los metan a la boca!

2. Dibujar. Podemos dar rienda suelta a la creatividad pintando cualquier cosa que se nos ocurra, o jugar por turnos a adivinar lo que dibujamos. Los peques que se estén iniciando en la lectoescritura pueden aprovechar este momento del baño para practicarla, escribiendo los nombres cada miembro de la familia, o palabras de objetos que vean a su alrededor. Todo esto lo podéis pintar con las manos o con un pincel, y podéis hacerlo sobre las baldosas de la pared, o utilizar el propio cuerpo como lienzo.

Para llevar esta actividad a cabo existen unas pinturas especiales para pintar en la bañera, pero también podéis emplear pintura de dedos, o espuma/gel de afeitar; a esto último podéis agregarle unas gotitas de colorante alimentario (de venta en supermercados) para darle un toque de color.

3. Cocinar. La bañera puede ser un lugar fantástico para preparar comidas imaginarias. Podéis utilizar todo tipo de vajilla (no frágil): platos y vasos de plástico, cucharas, botellas, coladores, etc. Pero también es interesante ofrecerles objetos cuyo uso no esté tan relacionado con la cocina, con el fin de favorecer su imaginación, como por ejemplo pipetas, regaderas, pulverizadores, cubos, baldes, etc.

Para “cocinar” podemos emplear el agua, la espuma del jabón o espuma / gel de afeitar. ¡No olvidéis añadir unas gotitas de colorante alimentario para darle un toque de color a vuestros platos!

4. Barcos. Otra idea muy entretenida es crear barcos con estropajos o esponjas, en los que le haremos un pequeño corte para clavar un palito de helado. En este palito le pegaremos un trocito de cinta americana o goma eva para simular la vela del barco.

Otro modo de fabricar barcos es uniendo dos botellas de plástico con cinta aislante, y recortándoles un cuadradito en el medio para poder montar a algún muñeco (no muy pesado).

5. Goma eva. Este material nos ofrece múltiples posibilidades porque se adhiere muy bien en los azulejos del baño cuando se moja. Venden alfabetos y números de este material, pero también podéis comprar las láminas vosotros y recortar formas, figuras, objetos, etc. y diseñar vuestras creaciones para utilizar en la bañera.

6. Soplamos. Podemos jugar a soplar pompas de jabón con un pompero, o haciéndolas con nuestras propias manos juntando las puntas del dedo pulgar e índice.

Las pajitas también son un buen aliado en las bañeras. Podemos poner un poco de jabón en un vaso y lo llenamos con agua; introducimos la pajita, y al soplar a través de ella iremos creando burbujas de espuma que irán creciendo en cantidad cuanto más soplemos. Luego podéis jugar a coger mucha espuma con las manos e intentar quitárnosla soplando.

7. Bolas de baño efervescentes. Son pelotas duras compuestas de ingredientes secos que se vuelven efervescentes cuando se mojan. Las venden de diferentes colores y olores, y algunas de las que se venden para niños guardan en su interior un pequeño juguetito que se descubrirá cuando la bola se haya disuelto por completo. ¡Son toda una experiencia sensorial!

8. Descubrimos nuestro cuerpo. El baño es un buen momento para potenciar su autonomía, así que no dudéis en ofrecerles la esponja a vuestros peques para que laven su propio cuerpo, al tiempo que vais nombrando y repasando las diferentes partes del mismo. También podéis probar a utilizar distintos tipos de esponjas para que reciban sensaciones diferentes en su piel.

9. Ritmos. La bañera es un lugar idóneo para chapotear. Si os apetece, podéis aprovechar esos chapoteos para jugar a imitar ritmos con las manos o con los pies. ¡Veréis qué divertido es salpicarnos!

10. Canciones y cuentos. Cualquier momento es bueno para estimular a nuestros peques a través de la música, cantando canciones infantiles o de cualquier otro estilo musical que disfrutéis en vuestra familia. También podéis contar cuentos apropiados para el agua; los reconoceréis porque sus hojas están plastificadas y, por tanto, no se estropean al mojarse.

¡Atención!

Cada niño responde de manera diferente a los estímulos táctiles, por lo que hay que respetar sus reacciones. Si vuestro hijo/a no tolera bien alguno de estos juegos, os recomendamos comentarlo con vuestra terapeuta de referencia.