10 Noviembre, 2023

Cuídate para cuidar mejor

Una mujer estira los brazos

La crianza de un hijo/a siempre es un gran desafío y una gran responsabilidad, y sin dudar, le da la vuelta por completo a las prioridades que tenías antes de ser mamá o papá. Por ejemplo, antes disfrutabas de un tiempo sentado en una terraza tomando algo con un amigo, y ahora te preocupa más que tu peque lleve una merienda saludable al parque y se relacione socialmente con sus iguales.

Cuando nos convertimos en papás y mamás, con frecuencia también empiezan a acompañarnos algunos problemas de salud física (dolor de cabeza, problemas para dormir, falta de apetito, dolores musculares, cansancio crónico, etc.) y psicológica (ansiedad, depresión, estrés, irritabilidad, etc.), así como otros problemas sociales (aislamiento, vergüenza, cargas económicas, desplazamiento de la vida social, etc.).

Cuídate para cuidar mejor

El alto nivel de demanda que conlleva sacar adelante un peque, sumado con frecuencia a la auto exigencia y al intentar llegar a todo (niños, casa, trabajo, etc.) hace que nuestro autocuidado pase a un segundo plano. Se nos olvida muy rápido lo importante y necesario que resulta estar nosotros bien para poder atender adecuadamente a nuestros hijos e hijas. Dejar de lado nuestras necesidades personales hace que nos encontremos más irascibles, con un nivel de estrés mayor y con menos paciencia. Esto desemboca en malas contestaciones, en pocas ganas de disfrutar de los peques y en un peor ambiente en el hogar.

Por ello, el autocuidado es fundamental. Cuidarse es hablar de bienestar. Es escuchar qué necesita tu cuerpo y tu mente, e invertir los recursos y el tiempo necesarios para poder dárselo. Cuidarse es pensar en nosotros mismos para también cuidar de los demás como merecen. Es, por tanto, una responsabilidad ante nuestra salud física y emocional con la que se beneficia al mismo tiempo toda la familia.

A continuación, os proponemos una serie de recomendaciones para poder llevar a cabo este autocuidado:

  • Cubre tus necesidades físicas. Para ello, come de forma nutritiva, saludable, y sigue una dieta equilibrada. Trata de dormir lo suficiente (7-8 horas diarias), y haz actividad física con regularidad, aunque ello implique dejar a otra persona al cargo de tu peque mientras lo realizas.
  • Relaciónate. El aislamiento social puede llegar a aumentar el estrés. Verte con amigos y familiares de forma habitual os aportará múltiples beneficios a nivel emocional.
Cuídate para cuidar mejor
  • Pide ayuda. Prueba a preparar una lista de lo que tengas que hacer, y pide ayuda para llevarla a cabo. Es importante aprender a delegar y compartir las tareas, pues nos va a permitir liberar algo de tiempo para nosotros mismos.
  • Mantente bien informado. Te invitamos a buscar recursos que te faciliten el día a día, como, por ejemplo, formación para familias, actividades extraescolares, apoyos externos, ayuda en el hogar, etc.
  • Toma tiempo para ti.  Esto es fundamental para ayudarte a sentirte mejor y llevar el día a día con mayor energía. Quizá podáis valorar la opción de hacer alguna salida sin vuestro hijo/a, o disfrutar de llevar a cabo algún hobby, o darte un paseo solo/a o con quien tú desees, o simplemente sentarte en el sofá y parar. Tomar descansos cada cierto tiempo te permitirá coger aire para poder seguir el día a día con mejor ánimo.
Cuídate para cuidar mejor
  • Deja a un lado la culpa. Es normal no llegar a todo, como lo es también tener unos días mejores que otros. Igualmente tienes derecho a equivocarte y a querer hacerlo mejor pero no saber cómo. La culpa va con frecuencia de la mano de la crianza, pero es una muy mala compañera de viaje, así que hay que intentar dejarla pasar. Estancarse en ella puede ser contraproducente, así que te invitamos a seguir adelante desprendiéndote de la culpa y aceptando que nadie es perfecto.
  • Aprende a decir no. No pasa nada por rechazar un plan cuando te encuentras saturado/a, ni tampoco si hoy no logras tener la casa tal y como te gustaría. Recuerda lo importante que es parar y tomar aire, y que tu bienestar es fundamental para que todo fluya mejor.
  • Habla sobre tus emociones. Guardarse lo que sentimos para uno mismo puede llegar a afectarnos a nivel psicológico e incluso físico. Resulta muy beneficioso compartir tus frustraciones con tu familia y/o amigos, o con un especialista (psicólogo, terapeuta, etc.). Igualmente tiene efectos positivos hablar con personas que se encuentran en una situación similar a la tuya (Hablando entre Familias). Desde el Programa de Familias de los Centros de Desarrollo Infantil de Fundación Dfa estaremos encantados de ayudarte; si lo necesitas, consulta con tu profesional de referencia.
Cuídate para cuidar mejor
  • Reduce tu nivel de exigencia. No es necesario lograr ser el padre o madre perfecto/a, ni que aprendas a manejar todas las situaciones a la perfección. La crianza es un proceso de aprendizaje constante, así que, si lo necesitas, busca la ayuda necesaria para ello. El equipo de Desarrollo Infantil de Fundación Dfa estará encantado de ayudarte, ¡consúltanos!