29 Abril, 2025

Límites y disciplina positiva

Padre y niño

La disciplina positiva es un modelo educativo para entender el comportamiento de los niños/as, y que orienta en el abordaje de su conducta para guiarles en su desarrollo de forma positiva, afectiva, firme y respetuosa, tanto para el/la menor como para el adulto.

Se basa en las filosofías de Alfred Alder y Rudolf Dreikurs, quienes resaltan la importancia de mantener la dignidad y el respeto por todas las personas, incluyendo a los niños/as.

A la hora de poner límites es fundamental la comunicación, el amor, el entendimiento, la cooperación y la empatía. El objetivo de poner límites desde la disciplina positiva es poder disfrutar de las relaciones familiares de manera sana, sin malestar, y sentirse escuchados y comprendidos todos los miembros de la familia.

Cuando ponemos límites y normas a nuestros hijos/as, les estamos ayudando a sentirse seguros y protegidos.

Cinco características de la disciplina positiva

  1. Ayuda a los peques a tener un sentido de conexión (pertenencia e importancia).
  2. Es respetuosa y alentadora.
  3. Es efectiva a largo plazo.
  4. Enseña valiosas habilidades sociales y de vida, así como para formar una personalidad integra.
  5. Ayuda a los niños/as a descubrir sus propias capacidades.
Limites y disciplina positiva

Pero esto, ¿cómo se lleva a la práctica?

A la hora de establecer límites, es importante tener en cuenta:

  • Las órdenes que demos tienen que ser cortas y ajustadas a la comprensión del niño/a. Si no es capaz de comprender lo que le pedimos, no ejecutará la conducta deseada y esto puede provocar frustración, tanto de los padres como del peque. Por tanto, las palabras que utilicemos para marcar el limite tienen que ser claras y con un vocabulario adaptado. Por ejemplo, “Recoge el puzle y después ven a la cocina”, no “Haz el favor de recoger todo esto antes de cenar que parece una leonera y luego no encontrarás nada.”
  • Es prioritario ofrecer una base de amabilidad, seguridad y firmeza al mismo tiempo. Si el límite es recoger el cuarto después de jugar, es importante dar siempre la orden con palabras amables, sin ceder, e intentando que no haya excepciones.
  • Si el niño/a es capaz, una buena estrategia para asegurarnos que ha comprendido lo que le estamos indicando es devolverle la pregunta, y que sea él o ella quien lo explique con sus palabras. Por ejemplo, “Quítate la camiseta y échala a la lavadora; ¿Dónde tienes que echar la camiseta?”.
  • No debemos olvidar que los adultos somos modelos en los que se fijan nuestros hijos/as, y por ello, es muy importante mantener la calma y no gritar. Si el niño/a grita y golpea ante un límite y nosotros respondemos del mismo modo, le estamos enseñando que, ante esa situación, la respuesta correcta es gritar. Tened en cuenta que decir gritando “¡No se grita!” muestra incoherencia.
  • Antes de explicarles una norma o límite debemos asegurarnos de que su atención esté en nosotros, agacharnos a su altura e intentar reducir los estímulos distractores. Si le queremos explicar que no se puede hacer determinada conducta y nuestro/a hijo/a está pintando, jugando o en la otra esquina de su cuarto, su atención no está en lo que le estamos explicando.
  • Recordad la importancia de validar todas sus emociones que, además, son necesarias. Debemos ayudarles a gestionarlas adecuadamente. Por ejemplo, “Entiendo que estés enfadado, mamá/papá también se enfada a veces”.
  • Es importante utilizar momentos de calma para poner el límite. Cuando el peque se encuentra en medio de una rabieta no es momento de marcar el límite; en este momento está con una emoción desbordada, por lo que es mejor esperar a que esa emoción se regule previamente. Por ejemplo, si ha ocurrido algo que ha desencadenado una rabieta, en ese momento no podemos decirle “Tienes que lavarte los dientes después de comer”; en su lugar, sostenemos esa emoción y, una vez se gestione y esté en calma, marcamos la norma.

Es fundamental ser coherentes y firmes con los límites y normas que marcamos a nuestros hijos/as. Por ejemplo, si establecemos la norma de que si no recoge su juguete no puede sacar otro, debemos cumplir con ella y no sacar otro hasta que el primero no esté recogido.

Limites y disciplina positiva

Esperamos que esta información sea de utilidad. Consulta con tu profesional de referencia si necesitas resolver dudas o ampliar información sobre el tema.