Autora de la reseña: Yenny Hende

Ficha técnica

Título: Cuando estoy contento

Autora: Tracey Moroney

Editorial: Ediciones SM

Edición: 2005

Número de páginas: 24

ISBN: 9788467516777

Resumen

Este cuento nos narra las cosas que hacen sentir contento a su protagonista, un conejito. Se pone contento cuando comparte tiempo con su padre, con sus amigos y su abuela. Cuando está contento ríe, salta, juega y no se enfada ni protesta. Le gusta hacer sentir bien a los demás, y es muy cariñoso y amable. Todo esto le hace sentir muy bien consigo mismo. El conejito disfruta mucho de estar feliz, lo cual le hace ver todo especialmente bonito.

Reseña

Este cuento representa las cosas buenas que podemos mostrar cuando estamos felices. Es importante escuchar y hablar con los peques para ayudarles a regular sus emociones, y permitirles que nos cuenten cómo se sienten. Con este cuento ayudamos a reforzar aspectos positivos como el autoconocimiento y el bienestar, además de fomentar el compañerismo.

El vínculo familiar y entre amigos es indispensable en el desarrollo de la autoestima. También es importante hablar de las demás emociones y explicarles cómo estas influyen en el desarrollo de la personalidad.

Todo esto va ayudar a que los niños y niñas crezcan en un ambiente sano y que se sientan más seguros. Debemos recordarles que les queremos mucho y que todas sus emociones son importantes, no solo la alegría. También debemos acompañarlos y dejarles expresar sus sentimientos, porque así crearemos un vínculo más estrecho.

Recursos

Una dinámica que podríamos hacer con los peques es escribir o dibujar cosas que les hagan sentirse felices y meterlas en una botella o cajita. De este modo, en el momento en que aparezca la tristeza o el enfado podremos sacar uno de estos papeles y recordar lo que les hace sentirse bien.

Otra propuesta es jugar a las “estatuas emocionales”. Para ello, pondremos música y bailaremos mientras suene, pero cuando la paremos tendremos que quedar como una estatua expresando corporalmente la emoción que se les diga: alegre, triste, enfadado… Posteriormente podemos hablar de los rasgos del cuerpo y de la cara que expresan esa emoción: ¿Cómo estaba el cuerpo? ¿Y la cara? ¿Qué creéis que le podría haber pasado para sentirse así? ¿Qué podría hacer para estar mejor?

Por último, os invitamos a animarle a dibujar cómo se siente en distintos momentos de la semana. Es una actividad muy útil para trabajar las emociones, ya que, además de permitir al niño o niña reconocer qué es lo que está sintiendo, le puede ayudar a calmarse en momentos de rabieta. De esta manera, cuando se muestre enfadado o triste se le pedirá que dibuje cómo se siente en un papel. Cuando notéis que su emoción ha cambiado se le puede volver a pedir que se dibuje de nuevo, para ver si ese sentimiento inicial se ha reducido.