El 28 de abril se conmemora el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo y Desarrollo Social e Integración, S.L, centro especial de empleo de Fundación Dfa, alcanzó recientemente los 1.478 días sin siniestros que lamentar.

Una pantalla electrónica, a la vista de cualquiera que accede al interior de la empresa, muestra una particular bienvenida. En ella aparece el siguiente mensaje: «28 de abril de 2022. Thursday. 8 días sin accidentes». Justo al lado, un espejo con una inscripción: «Estás viendo al primer responsable de tu seguridad». Entramos en una nave del Polígono Malpica de Zaragoza, donde se encuentra Desarrollo Social e Integración, S.L., un centro especial de empleo de Fundación Dfa en el que trabajan 61 personas con discapacidad justo el día que se conmemora el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo.

De puertas afuera, una empresa como cualquier otra de su entorno; de puertas adentro, un recinto donde las medidas de seguridad están interiorizadas en cada empleado y empleada. Como reflejo, un ejemplo: hace poco más de una semana el panel digital que recuerda cuándo sucedió el anterior percance laboral mostraba un dato muy llamativo. «1.478 días sin accidentes». La última vez que se tuvo que rellenar un parte por estas circunstancias era un 11 de abril de 2018.

En este taller de manipulados industriales no están acostumbrados a que se produzcan sorpresas desagradables por descuidos o malas prácticas. En cuatro años no se dio ningún caso, pero ahora toca digerir un pequeño contratiempo. Una caída fortuita, sin gravedad, devolvió la pasada semana el contador a cero.

María Ángeles Galache, coordinadora del centro, lamenta lo sucedido y revela la clave de estos buenos registros, que tiene mucho que ver con una técnica oriental que llegó a las instalaciones de Malpica para quedarse: «Desde que comenzamos a aplicar la metodología de gestión japonesa de las ‘5S’, con el fin de mejorar el orden y la limpieza para evitar los accidentes, mejoramos mucho».

La plantilla de Malpica está especializada en la verificación de juntas de estanqueidad dirigidas al sector de la automoción, así como el montaje de interruptores eléctricos de gran potencia destinados al corte de suministro de cuadros eléctricos.

«Desde que comenzamos a aplicar la metodología de gestión japonesa de las ‘5S’, con el fin de mejorar el orden y la limpieza para evitar los accidentes, mejoramos mucho»

Entre las medidas adoptadas en el taller de Fundación Dfa destacan la señalización con carteles en las zonas de la nave más proclives a accidentes, el acondicionamiento de las zonas seguras para el desplazamiento de los trabajadores y trabajadoras o la indicación de las zonas de riesgo por las que solo puede circular personal autorizado.

¿Qué son las ‘5S’?

Las ‘5S’ hacen referencia a las iniciales de las cinco palabras que en japonés dan nombre a cada una de las fases del método: clasificación (seiri), que consiste en identificar y separar los materiales necesarios de los innecesarios y en desprenderse de estos últimos; orden (seiton), que trata de establecer el modo en que deben ubicarse e identificarse los materiales necesarios, de manera que sea fácil y rápido encontrarlos, utilizarlos y reponerlos; limpieza (seiso), basada en identificar y eliminar las fuentes de suciedad, asegurando que todos los medios se encuentran siempre en perfecto estado; estandarización (seiketsu), cuyo objetivo es distinguir fácilmente una situación normal de otra anormal, mediante normas sencillas y visibles; y por último, disciplina (shitsuke), consistente en trabajar permanentemente de acuerdo con las normas establecidas.

Sobre el funcionamiento y los beneficios que otorga el procedimiento nipón ha aprendido mucho Galache, quien añade: «Además de reducir el riesgo de accidentes, se han mejorado las condiciones de trabajo y la moral del personal, repercutiendo en la calidad de producción». Mientras, la pantalla electrónica anuncia otra fecha más sin imprevistos. Y que sean muchas más.