La naturaleza posee numerosos beneficios para la infancia, y disfrutar de ella es uno de los mejores regalos que les podéis hacer a vuestros peques. Si queréis conocer más sobre dichos beneficios pulsa aquí.

En el medio natural existen múltiples oportunidades para experimentar, tocar, descubrir, crear, moverse, sentir, etc. A continuación, os ofrecemos algunas propuestas de actividades para disfrutar de la naturaleza al máximo.

• Recolectar hojas diferentes y agruparlas por colores, tamaños o formas. Una vez en casa también podéis crear manualidades o collages con ellas.
• Soplar dientes de león. Así, sin darse cuenta, estarán tonificando al mismo tiempo la musculatura oro-facial.
   

• Inventar recorridos de un punto determinado a otro. Por ejemplo, saltar un tronco, hacer un zigzag entre varias piedras colocadas en fila, y finalmente saltar un charco. Es importante que dejéis clara la meta para evitar que los peques salgan corriendo.
• Coleccionar fotos de diferentes especies de animales, plantas, etc. Podéis aprovechar para fabricar un álbum y añadirlas en él. No olvidéis que podéis utilizar el zoom de la cámara para ampliar las imágenes y observar los detalles de cada una de ellas. ¡Seguro que descubrís cosas que no sabíais!
• Mojarse bajo la lluvia, saltar en los charcos de agua, etc. Podéis equipar al peque con botas de agua y/o chubasquero para que no pase frío durante esta actividad.
   

• Mirar con una lupa la corteza de un tronco, los pétalos de una flor, un insecto, los recovecos de una piedra, etc. Seguro que se fascinan viendo ampliadas las cosas diminutas del entorno natural.
• Experimentar lo que sucede al echar un poco de agua a una zona de tierra o sobre la arena de la playa. Podéis crear caminos, surcos, charcos, jugar con el barro que se forma, construir castillos de arena con un cubo y una pala, etc.
   

• Meter los pies descalzos en la orilla de un río, o de un lago. También resulta muy divertido esperar en la orilla del mar a ver si las olas nos llegan a mojar o no. ¡Qué fresquita está el agua!
• Recoger frutos que encontramos en el medio natural: moras, espárragos, piñas, etc. ¡Cuántas cosas nos ofrece la naturaleza!
   

• Hacer un muñeco de nieve en la ladera de una montaña nevada. Así podrán comprobar con sus propias manos que la nieve está fría y mojada, al tiempo que dan rienda suelta a su creatividad.
• Hacer un ramo de flores silvestres. ¿A quién se lo vais a regalar?
   

• Tirar piedras de diferentes tamaños a un lago, a un río o al mar. Podéis comprobar el sonido que hacen al introducirse en el agua en función de su peso, o ver cuánto salpican, etc.
• Apilar montones de hojas en otoño y saltar sobre ellas, lanzarlas por los aires, etc. La diversión está asegurada.
   

• Jugar a adivinar qué sonidos se escuchan. ¿Será un pájaro? ¿Será el movimiento de las hojas de los árboles con el viento? ¿Será un grillo?
• Perseguir mariposas, mirar insectos, etc. También resulta muy interesante coger alguno (mariquita, hormiga, caracol…) con las manos y ver cómo se desplaza por ellas.
   

• Jugar al “Veo, veo” con cosas que vemos en el medio natural, adaptándonos al nivel del peque: podemos jugar de la forma tradicional diciendo únicamente la inicial por la que empieza la palabra a encontrar, o podemos dar pistas con diferentes características. Por ejemplo, «Veo algo que tiene pétalos de color amarillo, que crece de una planta, y que huele muy bien» para adivinar la palabra “flor. Otra idea es jugar a buscar cosas de un determinado color.
• Sentir con los pies descalzos los diferentes elementos de la naturaleza: la arena de la playa, la hierba, el tronco de un árbol, etc.
   

• Jugar a «A ver quién encuentra…». Durante el paseo por la naturaleza podemos pedirles que vayan encontrando determinados elementos del entorno, como, por ejemplo, un palo largo, una piedra redonda, tres hojas marrones, una concha, etc.
• Coger piedras planas para pintarlas en casa. Con ellas luego podéis inventaros algún juego, como, por ejemplo, las fichas de un tres en raya.
   

• Fabricar cabañas, o casitas para los animales. Podéis crearlas con palos, hojas, piedras, etc.
   

• Enterrar en la arena de la playa distintos objetos (algún juguete, una sandalia, etc.) y jugar a encontrarlos. También podéis cavar un hoyo y enterrar vuestros pies o vuestras piernas.
• Hacer fotos de las experiencias que nos ofrece la naturaleza para disfrutarlas a posteriori desde casa. Os animamos a crear un bonito álbum de recuerdos que se podrá ir enriqueciendo con las diferentes excursiones que vayáis haciendo en familia.

Todas estas actividades son oportunidades para disfrutarlas en familia, así que os animamos a que vosotros, los adultos, también participéis activamente en ellas y os reconectéis con la naturaleza al tiempo que fortalecéis el vínculo con vuestros peques.