10 Agosto, 2023

Jugar en la naturaleza

Dos niños, en pleno campo

La naturaleza posee en sí misma grandes beneficios para la salud, pero, además, a la infancia les ofrece oportunidades y experiencias más difíciles de conseguir por otros medios. Según ha demostrado la neurociencia, el movimiento y la relación con el entorno repercuten de manera directa en el número de conexiones neuronales, favoreciendo una mejor plasticidad cerebral, estimulando el desarrollo intelectual y activando el interés por el descubrimiento y el aprendizaje.

Por ello os invitamos a que les permitáis descubrir todo el entorno natural que os rodea (parques con zonas verdes, riberas de ríos, etc.), o incluso programar excursiones al campo, a la playa o a la montaña. ¡Seguro que disfrutáis toda la familia!

¿Qué beneficios aporta el contacto con la naturaleza a la infancia?

  • Ofrece múltiples experiencias sensoriales. En la naturaleza encontramos una magnífica oportunidad para estimular todos los sentidos, ya que podemos oler, tocar, ver, oír y hasta, en algunas ocasiones, probar.
     Un niño manipula una flor en el campo
  • Favorece la motricidad. En los diferentes entornos naturales encontramos terrenos irregulares y retos motores de todo tipo que invitan a agacharse, coger, levantarse, saltar, trepar, acariciar, levantar, girar, etc. Así, en la medida de sus posibilidades, los peques pueden ejercitar las diferentes cadenas musculares y potenciar la coordinación, la fuerza y el equilibrio.
  • Mejora la autoestima y la seguridad en uno mismo. Conforme los peques van superando los diferentes retos motores que se encuentran en el entorno natural (trepar, saltar, mantener el equilibrio, etc.), van mejorando el auto concepto y se van sintiendo cada vez más capaces de seguir superándose a sí mismos.
     Dos niños caminan por un bosque
  • Proporciona una fuente inagotable de aprendizaje. Un paseo por el campo, una excursión por la montaña, o pasar un tiempo en la playa nos expone a estímulos muy diferentes a los que estamos acostumbrados a recibir en la ciudad. Promueve el descubrimiento de lugares nuevos e invita a la exploración de los diferentes elementos que vamos encontrando a nuestro paso, desarrollando la capacidad de observación y de aprender.

  • Contribuye a tener una buena salud. Una exposición a los rayos del sol (siempre con protección solar) estimula la vitamina D, la cual favorece la salud ósea y ayuda a minimizar los problemas relacionados con la diabetes y las enfermedades cardiacas. Mirar a distancias largas también permite a desestresar los músculos oculares y relajar nuestra vista, lo cual ayuda a tener una mejor visión.

  • Potencia la creatividad. Al no encontrar en la naturaleza materiales diseñados para llevar a cabo una función concreta (como puede ser cualquier juguete comercial), los niños/as necesitan estimulan su imaginación para jugar con aquello que se van encontrando a su paso: una rama, una piedra, una piña, un trocito de corteza de árbol, una concha, etc.
  • Aporta bienestar emocional. Pasar tiempo rodeado de naturaleza ayuda a reducir la ansiedad y el estrés, mejorando el estado anímico y generando mayor sensación de bienestar.
Una niña en el bosque feliz de la vida
  • Enriquece el lenguaje. Exponer a los niños/as a diferentes entornos, como puede ser el medio natural, promueve el uso de vocabulario nuevo que quizá en otras situaciones resulta más complicado de estimular
  • Favorece el respeto por el medio ambiente. Conocer la naturaleza ayuda a comprender sus necesidades y la importancia de respetarla y cuidarla. Aquí las familias tenéis un papel fundamental, puesto que los peques van a cuidar de la naturaleza tal y como vean que la cuidáis vosotros/as.

¿Cómo podemos aprovechar la naturaleza al máximo?

En la naturaleza encontramos múltiples materiales, estímulos y oportunidades de juego con los que estimular a los peques. Si quieres obtener algunas ideas pulsa aquí.

Para que los niños/as disfruten y se beneficien de todo lo que les puede aportar el medio natural es fundamental permitirles tocar, mancharse, mojarse, llenarse los zapatos de tierra o arena, etc. Recordad que la ropa y el cuerpo se pueden lavar y secar, pero la maravillosa huella que dejan en vuestros peques las experiencias vividas en la naturaleza es imborrable.

Además, es una oportunidad fantástica para pasar tiempo en familia. Podéis aprovechar para hacer una excursión al campo, o pasar un día en la montaña, o quizás visitar una granja o una quesería, o tal vez acudir a una playa. También podéis hacer un picnic bajo la sombra de un árbol, o merendar junto a un río. Seguro que pasáis un día inolvidable con vuestros peques.

¡A disfrutar de la naturaleza en familia!