Como padres y madres deseamos que nuestros hijos crezcan sanos, y adquieran los diferentes hitos del desarrollo adecuadamente. En los primeros meses de vida el desarrollo motor juega un papel fundamental, pero no siempre sabemos si está adquiriéndolo adecuadamente o en edad.

En una era en la que la sobreinformación nos abruma, es fácil caer en la tentación de guiarse por lo que recibimos a través de las redes sociales, o limitarnos a lo que se transmite generación tras generación, sin llegar a cuestionarnos si realmente están en lo cierto o hay parte de error.

A continuación, os mostramos una serie de mitos del desarrollo motor muy conocidos que, sin embargo, son falsos.

1. «Llora en el capazo del carro porque no ve lo de fuera. Siéntalo e irá más entretenido».

Los bebés, debido a su anatomía, deberían permanecer en el capazo tumbados sobre superficie dura, con la espalda recta, hasta los 6 meses. Es solo a partir de entonces cuando pueden empezar a mantenerse sentados. 

Antes de este momento, al sentarlos se deslizan en la silla favoreciendo malas posiciones que pueden afectar al desarrollo de su espalda y cadera.

Si el bebé es muy grande y se le va quedando pequeño el capazo, tenemos la alternativa de ponerlo boca abajo, pero siempre con supervisión. De esta manera, que generalmente tolera mejor que en casa, va a recibir estímulos nuevos y podemos alargar un poquito más el uso del capazo.

Tampoco es recomendable el uso del grupo 0 del coche en el carro (conocido también como «huevo») para que «vaya más tranquilo mirando todo», especialmente si va a ser para uso continuo o para siestas largas, ya que aumenta el riesgo de asfixia posicional.

2. «Ponlo en la hamaca para que te deje tranquilo un rato».

Las hamacas se deberían usar lo menos posible, en momentos puntuales y durante cortos periodos de tiempo. En ellas, los bebés no tienen opción de movimiento, y puede favorecer la aparición de plagiocefalia.

Lo ideal sería tener una alfombra o colchoneta firme donde dejar al bebé despierto cerca de nosotros mientras realizamos cualquier actividad (cocinar, limpiar, ducharnos…).

3. «Ponlo en el 'taca-taca' o saltador, que así entrena y andará antes».

En un desarrollo típico no es necesario entrenar la marcha, sino que es el propio niño o niña quien, con su interés por explorar el mundo que le rodea, irá probando diferentes formas de desplazarse hasta dominar la marcha sin apoyos.

Los taca-taca y saltadores pueden dificultar la correcta formación de la articulación de la cadera y las rodillas, y favorecer la aparición de marcha en puntillas.

Además, están contraindicados y prohibidos en algunos países por ser la primera causa de accidentes domésticos graves infantiles.

4. «Es malo que se siente con las piernas en W».

Se ha demostrado que en un niño con desarrollo normo típico, sentarse en W no perjudica la formación de las caderas y rodillas, ya que, por lo general, van a estar cortos periodos de tiempo en dicha postura, cambiando de posición muchas veces durante el juego. Dicha posición aumenta la estabilidad y puede permitir un uso más preciso de las extremidades superiores.

Sólo habría que reducir o evitar sentarse en W si se da dicha postura por largos periodos de tiempo, o en niñas y niños que tienen alguna afectación motora que les impida cambiar de posición de manera autónoma. Para mejorar esta postura, se puede colocar un cojín debajo del culete, elevando la cadera por encima de las rodillas o buscando posiciones alternativas.

5. «Ponle zapatos para que no se le ensanchen los pies y camine antes».

Los pies no se ensanchan; simplemente crecen y se desarrollan en su posición anatómica. Poner unos zapatos cuando el bebé todavía no anda es totalmente innecesario, pues estamos privando al pie de muchísimos estímulos que ayudarán a su desarrollo.

Poner un zapato con refuerzos, contrafuerte, suela muy gruesa o puntera muy estrecha cuando empiezan a caminar, hará que el pie no desarrolle la fuerza necesaria para formar el arco plantar, privará de las sensaciones que puede recibir del suelo que pisa, o hará que los dedos tengan que crecer apelotonados sin posibilidad de movimiento.

Para los peques, lo ideal es que los zapatos sean lo más parecido a ir descalzos. Si deseas ampliar información con recomendaciones de calzado infantil, pulsa aquí.

6. «¿Tiene un año y no anda? Seguro que le pasa algo».

Los rangos de edad en los que se consiguen los hitos motores son muy amplios, y todos ellos abarcan varios meses. Del que más conciencia tenemos como sociedad es de andar a los 12 meses.

Se considera normal la aparición de la marcha desde los 12 a los 18 meses, habiendo excepciones que comienzan a dar pasos incluso a los 10 meses. Si a los 18 meses no hay ninguna intención o capacidad de caminar, debemos consultar con el pediatra.

Es importante valorar todo el desarrollo motor del peque desde nace para considerar o no alarmante el desfase de la marcha.

Seguro que muchos habéis oído, o incluso dicho, alguna de estas frases. Cada peque es diferente, y cada uno necesita su tiempo para conseguir cada hito motor. Además, es fundamental respetar su ritmo para que se consoliden adecuadamente.

Ante cualquier duda sobre el desarrollo de vuestros hijos e hijas, consultad al pediatra o a vuestra profesional de referencia, evitando en la medida de lo posible informarse por redes sociales o por medios no contrastados.