El proyecto piloto ‘Apoyos Conectados para la Autonomía Personal (ACAP)’ ha superado las expectativas marcadas desde su inicio, según se destacó en la segunda Comisión de Seguimiento celebrada en el espacio LAAAB del Gobierno de Aragón. La iniciativa, que busca mejorar la calidad de vida de personas con necesidad de apoyos mediante herramientas tecnológicas y asistencia profesional, ha beneficiado a cerca de 2.200 usuarios en las tres capitales de provincia y 12 comarcas de Aragón.

Durante el encuentro, al que asistieron representantes de ayuntamientos, comarcas, el Servicio Aragonés de Salud (Salud), el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS), y las entidades impulsoras del proyecto (Dfa, FIIS y ATAM), se presentó un balance positivo tanto en términos cualitativos como cuantitativos.

El modelo de intervención de ‘Apoyos Conectados’, centrado en la persona, ha combinado apoyos humanos y tecnológicos bajo la coordinación de gestores de apoyos —trabajadores sociales— con el objetivo de potenciar la autonomía personal.

Una vez finalizado el proyecto piloto el 30 de junio, se está llevando a cabo una evaluación global que incluirá indicadores de satisfacción, estudios de coste-efectividad, impacto en la calidad de vida y valoraciones de los profesionales. Los resultados serán compartidos públicamente y con los territorios implicados, con el objetivo de decidir una posible integración de estos servicios en la cartera pública de servicios sociales.

De momento, a través de subvenciones del IRPF y de recursos propios de las entidades implicadas, las personas usuarias tienen la posibilidad de seguir utilizando los dispositivos tecnológicos de movilidad, salud y hogar hasta el próximo mes de diciembre. Esta extensión, sin embargo, no incluye la telemonitorización de constantes por parte del Salud.

Retos y perspectivas de futuro

Aunque en el encuentro en el LAAAB se destacó la alta aceptación del proyecto piloto, se abordaron también los retos enfrentados, como la escasez de profesionales para prestar apoyos a domicilio y la necesidad de reforzar la coordinación con el sistema sanitario. En este sentido, Dfa y FIIS se comprometieron a facilitar los perfiles profesionales utilizados durante el proyecto a los servicios sociales locales.

Finalmente, se quiso poner de manifiesto que la totalidad de las personas usuarias fueron informadas desde el primer momento sobre la temporalidad del proyecto, y solo en torno al 10% podrían quedar en situación de vulnerabilidad una vez finalizado el mismo. Estos casos están siendo evaluados y, si así se consideran, son derivados a los servicios sociales correspondientes.