13 Julio, 2023
El deporte como forma de vida
Raúl, Clara, Sergio, Alejandra y Beatriz son cinco ejemplos de que la práctica deportiva es la herramienta ideal para fomentar la inclusión y el bienestar.
Raúl Mercado: «El rugby me ha cambiado la vida; puedo decir que he ganado un 100% de autonomía»
Raúl Mercado puede presumir de formar parte de la primera selección española de rugby en silla de ruedas. Dos días a la semana, al acabar su turno en el departamento de Atención Telefónica de Fundación Dfa, acude al CDM Pepe Garcés para entrenar con sus compañeros del Adapta RSR.
A sus 40 años, tras siete practicando esta disciplina donde solo tienen cabida personas con grandes discapacidades y con afectaciones en tres de las cuatro extremidades, solo tiene palabras positivas sobre lo que este deporte ha supuesto para él. «El rugby me ha cambiado la vida por completo. No solo he perdido tabúes y miedos, sino que he ganado fuerza y un 100% de autonomía. Y, psicológicamente, el ver a gente con capacidades similares hace que me vaya superando», asegura.
Para Raúl, los entrenamientos, la disciplina y la competitividad que conlleva la práctica del rugby se convirtieron en la mejor terapia para superar duros reveses. Hoy, anima a que más gente se enfunde la camiseta de un equipo mixto que compite a nivel nacional y que ha terminado la liga en segunda posición. «A quien lo prueba, tras un par de choques con las sillas, enseguida le entra el gusanillo», concluye.
Clara Consuegra: «Dentro del agua puedo disfrutar de la libertad de movimiento que me falta fuera»
Clara Consuegra lleva toda su vida en el agua. Primero, por obligación como terapia para su discapacidad (parálisis cerebral); después, por pura pasión. Ligada al club zaragozano Natacción AD (anteriormente Aragua AD), acumula cuatro años acudiendo a competiciones oficiales. «Comencé a nadar porque era bueno para mi discapacidad, pero no me gustaba», asegura. Hoy reconoce que «a la gente con discapacidad, el deporte nos da mucha libertad. Dentro del agua no tengo que atender a mi equilibrio y me muevo como quiero».
La natación no solo incide de manera positiva a nivel físico. Clara, a sus 23 años, lo sabe bien: «El deporte y la natación me han ayudado a sociabilizar, a conocer a más gente, y a tener referentes. En mi caso, las paralímpicas Teresa Perales y María Delgado, ambas zaragozanas como yo».
Clara, con la ayuda de la exnadadora aragonesa Nieves Quintás, ha participado en cuatro Campeonatos de España. Su siguiente reto pasa por colgarse un día una medalla a nivel nacional, mientras persigue un sueño por cumplir: «Nadar con Teresa Perales; ella es mi motor».
Sergio Pamplona: «El deporte es una válvula de escape a nivel mental»
El deporte ocupa parte del tiempo libre de Sergio Pamplona. Acostado en su llamativa ‘handbike’ naranja, devora kilómetros cuando su agenda lo permite. «Ahora, por diferentes circunstancias, salgo a rodar solo los fines de semana; pero si hay alguna carrera y el viaje me encaja, no dudo en participar», explica este zaragozano de 31 años, uno de los tres aragoneses que compiten en esta modalidad.
Como antes el baloncesto (CAI DA) o el remo (CD Monkayak), la natación, con el Natacción AD, forma también parte de su día a día. Ya sea en la piscina o sobre el asfalto, el esfuerzo que conlleva lo convierte en positivo porque «supone un desafío y una motivación». En cuanto a los beneficios, Sergio afirma: «Siento que es beneficioso para la salud mental. La práctica de deporte me ayuda a despejarme; es una válvula de escape a nivel mental».
Alejandra Híjar: «Gracias al BM dominicos se ha ampliado la oferta de deportes para personas con discapacidad»
El BM Dominicos se ha convertido recientemente en el tercer club de España que apuesta por el balonmano adaptado. Una de sus últimas incorporaciones es Alejandra Híjar. A sus 20 años, tras años jugando al baloncesto con el CD Adapta, cambió el balón naranja por el pequeño de balonmano.
«Está siendo una experiencia muy buena y gratificante. Hay pocos deportes en los que puedan practicar las personas con discapacidad, por lo que gracias al BM Dominicos se ha ampliado la oferta que hay en Zaragoza», explica.
Alejandra destaca lo «divertido» que es este deporte, mientras disfruta del «buen ambiente» que reina en un vestuario inclusivo, sin distinción de género y con varias las mujeres, que el club espera que siga creciendo con más integrantes.
Beatriz Pérez: «El kárate me ha permitido conocer y relacionarme con gente de todo el mundo»
La trayectoria vital de Beatriz Pérez no se entiende sin un tatami cerca. A los 5 años se enfundó el kimono por primera vez para practicar kárate y esa indumentaria se ha convertido hasta hoy -con 21 años- en parte de su piel. Esa relación duradera le permite «mantenerme en forma física» y le ayuda a «liberar la mente».
Una gran cantidad de medallas y copas adornan las estanterías de su casa, a la vez que dibujan la huella de su participación en innumerables campeonatos, desde provinciales hasta internacionales. Aunque reconoce ser «muy competitiva» y dice que todavía tiene sitio para más trofeos, Beatriz apunta que el kárate le ha dado mucho más que lo meramente material. «El kárate me ha ayudado a conocer gente de todo el mundo y me ha enseñado a relacionarme con muchas personas», comenta esta alumna de los Programas de Cualificación Inicial de Dfa.
Beatriz sigue entrenando y preparándose cada día, sin tener un objetivo deportivo definido, pero consciente de que con el kárate hace lo que más le gusta: «Entrenar, aprender cosas nuevas y pasármelo bien mientras lo práctico».