1 Junio, 2021

Ignacio Aizpún, Director General de ATAM

Ignacio Aizpún, Director General de ATAM, dando una charla delante de un proyector

Fundación DFA y ATAM colaboran en ViveLibre, un proyecto que aúna desarrollo tecnológico, soporte científico y cercanía en el trato con el objetivo de fomentar la autonomía personal de las personas usuarias.

¿Qué es ATAM?

ATAM es un sistema privado de protección social que se constituye como una organización de apoyo mutuo, formada por 47.000 familias, que provee soluciones de apoyo ante situaciones de discapacidad y dependencia en el ámbito familiar.

¿Cuáles son sus líneas de acción y sobre qué colectivos centra su trabajo?

Lo que caracteriza a ATAM es su condición de entidad generalista, esto es, que atiende a cualquier causa de discapacidad. Asimismo, al ser de ámbito nacional, nuestros socios y beneficiarios se encuentran repartidos por todas las provincias españolas. Estas dos características nos han exigido construir un modelo centrado en aquellos procesos que resuelven necesidades universales, es decir, que son comunes a todas las personas y a todas las familias. Así, ATAM se tuvo que convertir en una organización de conocimiento y desarrollar una fuerte competencia en procesos como el diagnóstico clínico, la valoración multifactorial de discapacidad y la definición de planes de apoyos centrados en la persona. Para lograrlo, ATAM dispone de una red de servicios de atención psicosocial y clínica distribuida por toda España. En última instancia, nosotros proveemos a las familias de estrategias para afrontar el hecho de la discapacidad.

La visión de la discapacidad ha evolucionado desde un concepto meramente asistencial. ¿Cómo se ha adaptado ATAM a esta evolución?

Hace quince años ATAM comenzó un proceso de profunda transformación de su sistema de provisión de servicios, hasta entonces muy basado en al paradigma antiguo de centros asistenciales colectivos, para pasar a construir una red de atención a familias que pudiera ofrecer soluciones individuales basadas en la gestión en un conocimiento experto. Con este cambio fuimos implementando una metodología de intervención más holística y sistémica, basada en la interacción de la persona con el entorno, en los principios de inclusión y participación activa en la comunidad, y en el derecho de la persona a pilotar su propia vida. Una cosa llevó a la otra y hace poco más de cinco años comenzamos un proceso profundo de transformación digital de toda la organización, con la finalidad de desarrollar el sustrato tecnológico de un modelo operativo que permita mantener a las personas con discapacidad y dependencia en su hogar en condiciones de seguridad y bienestar, retrasar la institucionalización y cumplir de manera efectiva con el principio de vida independiente.

¿Qué tecnologías utiliza ATAM para ayudar a las personas a las que se dirige?

ATAM ha sido una entidad tradicionalmente muy volcada en la innovación aplicada al desarrollo de sistemas de proceso de información y a las telecomunicaciones. De ahí que la organización se encuentre en una dinámica continua de testeo y aplicación de todas las tecnologías relacionadas con lo que se ha dado en llamar el mundo digital, desde la aplicación de soluciones de realidad virtual para la valoración del rendimiento cognitivo, hasta la utilización de modelos de inteligencia artificial y de BIG DATA para el desarrollo de sistemas de soporte a la decisión clínica, pasando por soluciones de apoyo a la autonomía personal y el cuidado de la salud mediante la monitorización de personas y entornos en remoto.

¿Cómo puede ayudar la tecnología a las personas a las que se dirige ATAM en su día a día?

Nosotros tratamos de diseñar las tecnologías de manera que faciliten de forma no invasiva la adopción de una vida más autónoma. Con nuestras aplicaciones las personas pueden sentirse protegidas ante cualquier eventualidad que pueda suceder dentro del domicilio y seguras ante cualquier desplazamiento, con la certeza de que están respaldados por una unidad de apoyo formada por profesionales especializados durante las 24 horas del día y en todo lugar. Igualmente, la persona puede controlar sus variables de salud fundamentales de manera sencilla. La información es activada y tratada por sistemas inteligentes que permiten generar alertas ante cualquier descompensación o situación de riesgo. Todo se hace con el mayor nivel de respeto a la intimidad, facilitando en última instancia que la persona pueda llevar una vida activa, plena e integrada en la comunidad.

Las personas con discapacidad, mayores, dependientes… ¿Encuentran alguna dificultad a la hora de acceder a la tecnología de ATAM?

Los sistemas que desarrollamos son realmente sencillos de manejar. ATAM se encuentra en un proceso evolutivo continuo de innovación, de manera que se van adaptando a la experiencia de sus usuarios. Son sistemas extremadamente usables y amigables que no requieren ninguna capacidad especial para el manejo de tecnología. 

¿Cree que la situación de emergencia sanitaria por la propagación de la covid-19 ha acelerado de alguna manera la implantación y uso de la tecnología, y ha mejorado a la vez la accesibilidad a la misma?

Creo que las tendencias ya estaban ahí. Es cierto que, en lo que al sector sociosanitario respecta, la situación vivida durante la pandemia está motivando que las medidas para la recuperación y transformación de la economía están incentivando un proceso de digitalización de los modelos de atención. No obstante, debemos ser cautelosos, ya que corremos el riesgo de improvisar la implantación de modelos oportunistas que no estén debidamente conceptualizados, generando servidumbres e ineficiencias para el futuro. Para crear un sistema de atención a personas sustentado por tecnología digital hace falta entender de tres cosas: de atención a personas, de tecnología digital y de cómo se combinan estas dos realidades. Aunque parezca una perogrullada, los modelos que se proponen no siempre contienen las tres premisas.

¿Cómo surge la colaboración con Fundación DFA, y qué proyectos desarrollan conjuntamente?

La colaboración con DFA surge de manera natural. Ambas somos entidades integradas en COCEMFE, por lo que nos conocemos desde hace muchos años. Somos entidades sociales que compartimos unos mismos principios y valores, hemos evolucionado al mismo ritmo en lo que respecta a nuestros paradigmas de intervención y nuestras culturas organizativas son claramente compatibles. Además, DFA tiene una experiencia práctica de años prestando servicios de teleasistencia. De este modo, hemos creado juntos un modelo colaborativo de servicios de apoyo en el que ATAM aporta los desarrollos tecnológicos y el soporte científico, y DFA aporta la operativa de contac center, los recursos de proximidad y la interacción con el usuario. Dos entidades y un único sistema operativo perfectamente engrasado. Sin el feedback que nos proporciona DFA nunca hubiéramos alcanzado el nivel de excelencia que hoy atesora nuestro sistema.

De cara al futuro, ¿qué tecnología cree que será más relevante para la autonomía de las personas con discapacidad?

Existen muchas disciplinas que actualmente están viviendo un desarrollo extraordinario. La humanidad se encuentra viviendo una verdadera eclosión de tecnologías, desde la realidad virtual, hasta la impresión en 3D, el procesamiento en la nube o la producción de nuevos materiales, sin olvidar todas las técnicas relacionadas con la biomedicina, la nanorobótica, los avances en los mecanismos de diagnóstico por imagen, la genómica o la ingeniería tisular, entre muchas otras. Cada una de ellas tendrá un impacto impresionante en el cuidado de la salud y en nuestras vidas. Sin embargo, a mi juicio lo que será determinante no será el impacto de una técnica en particular, sino el efecto conjunto producido por la combinación de cuatro elementos: el terminal móvil, el internet de las cosas, el incremento exponencial de la capacidad de computación de datos y la inteligencia artificial. La combinación de estos cuatro factores va a producir sistemas complejos dotados de una suerte de inteligencia que dará lugar a una nueva ciencia de datos, un nuevo conocimiento y una nueva forma de entender la relación de la persona con el mundo.