4 Marzo, 2021

«Las personas que viven en las residencias llevan un año dándonos una lección admirable»

«Las personas que viven en las residencias llevan un año dándonos una lección admirable»

Los centros residenciales de Fundación DFA han finalizado su proceso de vacunación tras recibir hoy a segunda dosis de la vacuna contra la Covid-19 en la Residencia Pomarón. «Somos muy conscientes de que esto no ha acabado todavía y de que tenemos que mantener medidas de seguridad, pero es un respiro», afirma Pilar Pérez, directora de los Centros Asistenciales de Fundación DFA.

Las residencias Josemi Monserrate y Rey Fernando ya finalizaron el proceso de vacunación hace dos semanas. «Ahora podemos disfrutar de una libertad que no teníamos. Tenemos la tranquilidad de saber que, con las mismas medidas de seguridad, y aunque no lo hagamos algún día, podemos salir. Y en la calle, en libertad, se respira otro aire», asegura Antonio, residente en Josemi Monserrate.

En el centro Pomarón se ha retrasado este momento, pero ya han recibido la segunda dosis de la vacuna. «Ahora, con esta segunda dosis, podremos salir a la calle. Han sido muchos meses sin salir, con semanas encerrados en nuestras habitaciones. Ahora, con responsabilidad y mascarillas, podremos ver el final de la pandemia», explica Gregorio, residente del centro.

En los centros suenan ahora dos palabras: ilusión y optimismo, ya que con las nuevas medidas adoptadas se relaja la situación de aislamiento, flexibilizando las salidas de las personas que residen en ellos: «La vacuna es un alivio, es la única manera de que esto salga adelante. Después de un año muy malo por fin podrán salir y abrazar a sus familiares. Y esa alegría se les nota», afirma Carmen, auxiliar en Pomarón.

«Con esta segunda dosis de la vacuna tenemos algo más de tranquilidad. Les estamos dando algo para que, después de un año muy malo, podamos devolverles sus vidas. Seguiremos con los mismos protocolos de seguridad, pero ya no es el mismo miedo. Los y las residentes y sus familiares son los que más han sufrido, y se han comportado de una forma responsable e impecable. Ahora, podrán volver a abrazarse», declara Susana Díaz, médica en los centros residenciales de Fundación DFA.

Y es que la llegada de la vacuna contra la Covid-19 está suponiendo un alivio para toda la ciudadanía, pero especialmente para aquellas personas con mayor riesgo y aquellas que viven en centros residenciales que, además del miedo a contraer la enfermedad, se han visto sometidos a un ‘encierro’ casi perpetuo.

«En las residencias para personas con discapacidad llevamos casi un año con unas medidas y un aislamiento muy rígidos para protegernos. Las personas que viven aquí, y todo el personal que les cuida y acompaña, llevan un año dándonos una lección admirable. De paciencia, de entereza, y de capacidad de adaptarse a las circunstancias», concluye Pilar Pérez.