23 Marzo, 2023

«Mi aportación es insignificante en comparación con lo que recibo de las personas con discapacidad»

María Ibáñez, junto a un usuario

María Ibáñez trabaja como técnico de integración social ayudando en la inclusión de colectivos vulnerables y gestionando proyectos sociales para diversas entidades, pero su vocación solidaria abarca mucho más allá de su jornada laboral. Esta joven es voluntaria de Fundación Dfa desde octubre de 2019 y, con 23 años, colabora activamente con el Centro de Actividades Socioculturales.

¿Qué le llevó a ser voluntaria de Fundación Dfa?
La aparición de una demencia en mi abuelo paterno me llevó a querer escoger un camino diferente a la hora de decidir quién quería ser como profesional, enfocándolo en ayudar a los demás. Decidí buscar voluntariados para descubrir si era lo que me gustaba, a la vez que ayudaba a los demás en mi tiempo libre. Cuando di con Dfa y, tras conocer todas las acciones que llevaba a cabo con, por y para las personas con discapacidad, decidí ponerme en contacto. Si entonces me hubieran dicho todo lo que el voluntariado tenía preparado para mí, nunca me lo hubiera creído.

Seguro que aporta mucho a las personas con discapacidad con las que realiza su labor de voluntaria. ¿Qué le aportan ellas?
Enseguida te das cuenta de que muchas veces parece insignificante lo que tú les aportas a ellas en comparación con lo que cada una de ellas te aporta a ti. Cariño, diversión, respeto, risas, felicidad y, sin duda, aprendizaje. No hay un solo día en el que no salga habiendo aprendido algo nuevo gracias a cada una de estas personas.

¿Qué es lo que más le gusta de ser voluntaria?
Poder ser capaz de aportar mi granito de arena a la hora de mostrarle a la sociedad, y a ellos mismos, que las personas con discapacidad son capaces de hacer todo aquello que se propongan, porque la palabra superación se encuentra camuflada entre la gran cantidad de barreras, prejuicios y estereotipos con los que deben luchar día a día.

¿Qué les diría a aquellas personas que se plantean unirse al voluntariado?
Les diría que se atrevan a dar el paso, a compartir ratitos de su tiempo ayudando a los demás, a salir de su zona de confort y, sobre todo, que se atrevan a aprender a ver la vida con una mirada humana. No importa que el tiempo del que dispongan para llevar a cabo su labor como voluntarios sea mucho o poco, ya que las pequeñas acciones de muchos consiguen lograr grandes cambios.

¿Qué momento guarda con especial cariño de su etapa en el voluntariado de Fundación Dfa?
Cada uno de los momentos y aprendizajes vividos cuentan con la misma importancia para mí. Gracias a todos ellos soy en parte quien soy hoy en día, no solo como persona sino también como profesional. Por supuesto, no hubieran sido posibles sin todas y cada una de las personas que están detrás de ellos (técnicos, voluntarios y personas usuarias), por lo que hoy y siempre, gracias.