Durante este año, 1.228 personas de Zaragoza han participado en el programa ‘Promoción de la Autonomía Personal’ (financiado por el Gobierno de Aragón a cargo de la asignación del IRPF 19-20), un proyecto que, como explica Patricia López, fisioterapeuta de DFA, «abarca una serie de actuaciones complementarias entre sí para proporcionar una mayor autonomía con el objetivo de mejorar la calidad de vida y minimizar, en la medida de lo posible, el deterioro de la salud». 

Se trata de una intervención integral e interdisciplinar, «ya que es imposible atender necesidades de un área sin influir en el resto», por lo que se trabaja de manera conjunta entre los Centros de Apoyo Social y de Rehabilitación. De esta manera se ofrece una atención individualizada adaptando cada ejercicio: «ponemos a la persona en el eje sobre el que ir adaptando y moldeando las actuaciones necesarias», afirman desde el servicio.

El proceso comienza con una valoración y un itinerario personalizado de recuperación y mantenimiento de las capacidades individuales. Así, se trabaja de manera individual a través de tablas específicas: «son los propios usuarios y usuarias los que acuden al gimnasio y se gestionan para ir realizando los ejercicios, siempre bajo la supervisión de un profesional». El objetivo, una vez más, es, fomentar la autonomía e independencia y mejorar la función, o al menos mantener, cuando la recuperación total no es posible.

Por otro lado, se ha detectado la necesidad de ofrecer una alternativa a la rehabilitación habitual para jóvenes, ya que necesitaban algo más atractivo que les motive para continuar con su rehabilitación. Y así surgió el proyecto ‘Multideporte’ dirigido a jóvenes en el que «a través de actividades físicas variadas, conseguimos que se sientan motivados y que se relacionen con gente de su edad. Les ayudas a mantener sus características físicas casi ‘sin darse cuenta’ ya que hacen ejercicio mientras se divierten».

A menudo, la atención a las personas con discapacidad se centra en los problemas agudos y no en los síntomas secundarios que afectan a su salud y su calidad de vida. Por ello, este programa no solo se centra en el ámbito físico, también atiende aspectos psicológicos y sociales. «Fomentamos la capacidad funcional, la participación, la autoestima, el respecto, las relaciones interpersonales con personas de fuera de su entorno y el disfrutar de momentos de ocio normalizado y sin barreras».