23 Octubre, 2020

Proyecto ‘Zaragoza Accesible’

Imagen de un usuario de silla de ruedas ante unas escaleras

Las personas con movilidad reducida se enfrentan a una odisea, que en muchos casos es imposible de franquear, en los entornos no accesibles. Aunque en algunos aspectos se han conseguido mejoras, en general, las personas con discapacidad continúan encontrando barreras en los itinerarios urbanos que les dificultan desplazarse de manera cómoda y segura en la vía pública. La accesibilidad no es algo ajeno a la población. Todas y cada una de las medidas en materia de accesibilidad benefician a todas las personas.

El proyecto ‘Zaragoza Accesible’ sirve para comprobar la accesibilidad en la ciudad, en sus bares, museos, plazas… Es un taller donde un grupo de personas voluntarias y usuarias, junto con un técnico, aprovechando las diferentes salidas de ocio que realizan a distintos lugares de la ciudad, analizan desde una visión menos técnica, pero sí más práctica, la accesibilidad de los mismos.

‘Zaragoza Accesible’ surge debido a las dificultades en el acceso físico, arquitectónico y de comunicación que encontramos en los recursos socioculturales de la ciudad. Todos los meses, jóvenes con diferentes discapacidades y, por ende, diferentes necesidades de apoyo, y un equipo de voluntariado, liderado por un técnico de Fundación DFA, realizan visitas a establecimientos y edificios. El objetivo es, por una parte, disfrutar de la actividad que allí se realice y, por otra parte, analizar la accesibilidad universal de dichos recursos y de las zonas públicas de acceso a los mismos, recogiendo esa información en una ficha tipo.

También se realizan reseñas de accesibilidad en Google para facilitar la información obtenida, almacenar, organizar y crear un fichero de recursos accesibles con los datos recogidos. Además, el proyecto contempla la colaboración con otras entidades del ámbito de la discapacidad para dar una visión universal de la accesibilidad. «Es una iniciativa que se podría trasladar a todo el territorio nacional, ya que ayudaría a poner en común con otros territorios medidas, iniciativas, programas, charlas, cursos, ideas en común…», explica Jesús Gabriel Corral, participante del taller desde octubre del año pasado. Este tipo de actividades sirven para sensibilizar a la sociedad, ya que, según afirma Elisa Terrén, participante desde hace dos años: «en algunos lugares hay deseos de mejorar y en otros notamos más indiferencia, depende de la persona con la que se habla. Pero si con nuestra visita podemos concienciar a alguien, creo que ya habremos conseguido algo».

El taller resulta ser «muy útil», tanto para los sitios visitados como para los participantes, ya que «se aprenden cosas nuevas sobre lo diferentes que somos, y siempre es gratificante ver que cambian calles o establecimientos porque nosotros hemos detectado algún error», responde Bea Mansilla. Preguntando también sobre qué tipo de establecimientos se visitan más en el proyecto, María Ángeles dice que se frecuentan más «centros culturales, piscinas, lugares como el Mercado Central de Zaragoza…». Algunos de estos establecimientos «han sido reformados cumpliendo la accesibilidad tras las acciones de este grupo. Alguna vez he vuelto a verlo cumplido», explica Ester Salas.

El fin de los participantes del proyecto es, en palabras de Héctor Sancho, darse cuenta de que «todavía queda mucho por hacer, pero es algo que ya sabía o me imaginaba al menos», porque lograr una accesibilidad plena y universal en la ciudad de Zaragoza es una lucha diaria. Además de estas acciones, existen aplicaciones móviles que «visibilizan la falta de accesibilidad como ‘AccesibilidApp’ de COCEMFE, ‘Tour4All’ de PREDIF y herramientas como Google y sus comentarios de los lugares analizados», confiesa Marina Joven, participante desde hace dos años.