7 Julio, 2022

Unidas por el Teléfono del Mayor

Ana Rodríguez y Marahy Mendoza

Marahy Mendoza y Ana Rodríguez, operadora y usuaria del servicio, respectivamente, coincidieron personalmente con motivo de la Jornada Técnica de Presentación de Redes de Apoyo Social en las Personas Mayores.

Ana Rodríguez tiene 71 años y la mitad de su vida ha transcurrido en Zaragoza, a más de mil kilómetros de su Málaga natal. Las curvas más recientes de su periodo vital, con sus hijos lejos de la capital aragonesa, la han conducido a momentos donde la soledad o la ansiedad han ocupado más protagonismo del que deberían. Ocurren sobre todo cuando la luz del día se escapa, la oscuridad hace acto de presencia y el insomnio revolotea por su cabeza. Es entonces cuando piensa que marcar el 902 25 26 26 es la mejor solución.

Al otro lado del Teléfono del Mayor suele coincidir con Marahy Mendoza, una compañera de viaje, «un ángel con un don ­-según Ana-». Una y otra se habían hablado y escuchado varias veces durante el último año. Sus voces les eran reconocidas, pero sus caras no. Al menos, hasta el pasado 11 de mayo, cuando el contacto telefónico se convirtió en contacto personal con motivo de la Jornada Técnica de Presentación de Redes de Apoyo Social en las Personas Mayores.

¿Fue un día especial?

Ana Rodríguez: Para mí fue un día especialísimo. Fue muy emotivo poder conocer a Marahy personalmente, porque yo la conocía solo por las conversaciones a través del Teléfono del Mayor. Tanto ella como sus compañeros, Iñaki, Iván, María, Marta, Noelia, con todos, pero con Marahy el cariño es mayor en el sentido de que me ha ayudado tanto y tan bien en algunos momentos delicados, que solo tengo palabras de agradecimiento.

Marahy Mendoza: A mí me hizo ilusión coincidir con ella. Cuando comencé como operadora del Teléfono del Mayor, siendo nueva y con muchos nervios, la de Ana fue una de las primeras llamadas que tuve que atender.

¿Es ser operadora del Teléfono del Mayor una labor, más que quizá un trabajo, que trae consigo momentos buenos y otros no tan amables?

M. M.: Hay momentos y momentos. Generalmente nos necesitan cuando la soledad se les hace muy cuesta arriba y anímicamente no están bien, por lo que no es agradable para nadie. Pero también hay situaciones, y con Ana concretamente nos ha pasado, que después de habernos llamando porque no estaban bien, cuando nos llaman para decirnos “estoy bien” es muy bonito.

¿Es la empatía fundamental para afrontar con éxito situaciones como las que llevan a una persona mayor a marcar el 902 25 26 26?

M. M.: Hay que ser muy empático, tener mucha paciencia, saber escuchar... Pienso que lo más importante de todo es ponerte en lugar de la otra persona porque necesita que la escuches.

A. R.: Eso es lo más importante, y Marahy sabe hacerlo muy bien. Al principio creí que era psicóloga por cómo se expresaba, por esa voz tan dulce. En momentos de ansiedad que he tenido, la verdad es que da mucha paz.

Un 60% de las personas que descuelgan el teléfono lo hacen porque buscan conversación, pero del resto hay un gran porcentaje que llama para resolver alguna duda.

M. M.: Hay gente que necesita información, así que en nuestro trabajo también es muy importante tener toda la información posible para poder ofrecerla, pero el saber escuchar y ponerte en el lugar de la persona que te llama es lo más importante.

«Saber escuchar y ponerte en el lugar de la persona que te llama es lo más importante»

¿Se necesita tener cierto don para estar al otro lado del teléfono?

M. M.: En ese proceso de selección de los operarios y operarias están nuestros jefes, que saben valorar quien encaja mejor en este tipo de trabajo y quienes nos ponen a prueba para ver cómo responderíamos en determinadas situaciones.

A. R.: A ti no te tienen que poner a prueba, tú vales mucho. Tienes un don.

M. M.: Más que un don, lo que hay un trabajo muy grande detrás de la persona que coge el teléfono.

Como usuaria del Teléfono del Mayor, ¿qué es lo que más valora de este servicio?

A. R.:  El apoyo que me dan y el verme escuchada. Cuando estás muy sola, cuando hay una soledad impuesta como la mía, es muy duro. Yo cuando llamo es porque lo necesito de verdad y porque en muchas ocasiones me sucede cuando no son horas para molestar a mi familia.

M. M.: Efectivamente, muchas llamadas se vienen de gente sola que no quieren molestar a la familia y que necesita conversación. Es triste que piensen que es una molestia llamar a la familia…

¿Qué creen que se puede mejorar respecto al tema que nos atañe?

A. R.: Hace falta conciencia a la gente, sobre todo a la gente joven, de que las personas mayores son fundamentales en la sociedad. Son muy importantes y hay que intentar ayudar y facilitar información de los recursos que existen.

M. M.: También hay que reforzar la información y los recursos que hay destinados a los mayores, porque hay personas que no son conocedoras.

«Animaría a todas las personas que estén solas y se sientan solas a que llamen»

Ana, ¿qué les diría a todas esas personas que no conocer el Teléfono del Mayor y que sienten a esa temida soledad?

A. R.: Animaría a todas las personas que estén solas y se sientan solas a que llamen. Los operadores y operadoras que se van a encontrar al otro lado del teléfono son encantadores y ayudan mucho. Pero también digo que deben ir más allá. Yo soy voluntaria de Cruz Roja y de otras entidades, y me gustaría tener más ocupaciones en otros sitios. Lo importante es conseguir entretenerse y, de paso, ayudar a los demás.